La felicidad y la paz duraderas llegan a aquellos que han obtenido la riqueza de la comprensión divina. Realizan que lo divino no es algo que puedas ver con los ojos o agarrar con las manos, carece de rostro, pies o genero. Es pura consciencia, cuya presencia se extiende por todo el cosmos.
El ser divino carece de principio ni fin, no es sino consciencia en todas direcciones, y eternamente se regocija en el silencio circundante. Empedocles.
Deja una respuesta